sábado, 9 de junio de 2012

Tonterías rápidas y estúpidas

Perteneces a una ONG de carácter multinacional que se preocupa por el medio ambiente. Tienes una vida plagada de voluntariado, manifestaciones y sentadas en todas partes.

Un buen día te llama un número desconocido. Descuelgas, y al otro lado hay una misteriosa voz que te cita en un parking de tu ciudad a las tres de la mañana. Comenta que es científico y tiene una teoría demostrada que revolucionará la lucha en favor del medio ambiente. Pese a tener algo de miedo, decides ir.

Cuando llegas al parking te encuentras un señor con gabardina escondido detrás de un coche. Lleva un sombrero, gafas de sol y fuma. Sabe tu nombre.

Empezáis a hablar. Él te dice que no tiene demasiado tiempo, y te da una carpeta con muchos papeles en su interior. El misterio que todo eso provoca en ti te hace sentir vivo. Nunca habías tenido una aventura como esta. Te despides de él y corres hacia tu casa guardando la carpeta debajo de tu ropa. Hay algo en todo eso que te huele a película de espías.

Cuando llegas, después de servirte un café -será una noche larga y llena de lectura- te sientas en tu escritorio. Abres la carpeta y empiezas a leer. Mediante explicaciones extremadamente lógicas, el estudio llega a la conclusión de que la única forma de salvar el mundo y con él a todos los animales de la tierra es exterminando hasta el último Lince Ibérico y comerte sus corazones. Eso provoca en ti un shock de proporciones brutales. Es ir en contra de tus principios. Un escalofrío sudoroso recorre tu espalda. Te gustaría no creerte ni una palabra salida de esos papeles, pero el estudio está allí y tú no encuentras argumentos en su contra.

Tres días más tarde, el presidente de tu ONG hace una comparecencia con la boca llena de sangre.

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