miércoles, 1 de mayo de 2013

SEPULTURA Y OCIO

Le dan sepultura a las doce del mediodía y a las cinco de la tarde ya están montados en el Dragon Kahn, en plena y lenta ascensión hacia su cumbre.

La pareja ha tardado cinco minutos en empezar a plantearse una hipotética recuperación emocional de la muerte de su hijo de siete años y una hora en atreverse a abrir la primera botella de champán, ocultos en los fríos y asépticos baños del tanatorio más grande de la ciudad de Salou. Al principio no se sienten nada bien. Los dos se encuentran en un estado de catatonia, como suele pasar cuando la muerte de un ser amado golpea a alguien, y la mejor forma que han encontrado para evadirse de todo el dolor que les pudre por dentro es beber hasta empezar a reír y luego, en un estallido de euforia que un espectador ajeno podría nombrar como "forzado",  aprovechar el día e ir a divertirse al parque de atracciones, entregados con alegría a uno de esos planes improvisados que, a fin de cuentas, son lo mejor que hay en la vida.

Porque la vida, comentan mientras pagan las dos entradas del parque -la madre ha sacado dinero para tres en un lapsus que casi les echa al suelo la perspectiva de diversión-, es algo bello incluso en sus momentos más tristes si uno sabe ver, con habilidad, el lado bueno de las cosas. Un ejemplo claro de eso es que si el hijo hubiera muerto en otra parte del territorio ahora no podrían estar paseando por ese parque temático cogidos de la mano, comenta el hombre mientras abraza y besa a su mujer en un estallido de pasión pública.

Como decía, suben al Dragon Kahn, pasean por el Far West, compran una bolsa de palomitas grande. Se sientan en la Polinesia, follan entre el cúmulo de plantas tropicales que alguien importó ahí para dar realismo al área y parece que alguien está a punto de descubrirles, y se quedan muy quietos durante unos instantes temblando de miedo, pero al final no pasa nada. Al salir ríen como nunca porque se sienten vivos de la mezcla de emociones que han sentido. Probablemente haya sido el mejor día que la pareja ha tenido nunca. Incluso mejor que los primeros días en una roída casa de pueblo. Incluso mejor que ese claro día de junio en el que se vieron por primera vez en el gris exterior de ese aeropuerto.

Los dos son conscientes de ello y, aunque en el fondo se sienten mal, intentan exprimir hasta el máximo ese paréntesis de euforia como si sacaran los últimos restos de un tubo de pasta de dientes, a la espera de que el otro se las devuelva multiplicadas en forma de justificación y ausencia de remordimientos.

Se mojan en el Tutuki Splash. Se beben una copa bajo el manto de los mariachis. Se introducen en una de las tiendas y se compran un sombrero de vaquero. Se pasan las dos horas siguientes saludándose al viejo estilo americano.

Hay una anécdota a contar en la plaza de China. Hay una fuente con forma de dragón que moja a todo el mundo sin que se lo espere. Pronto se acumula a su alrededor un corro de ancianos alemanes mirando el espectáculo. Los niños, rubios en su mayoría y sanos, juegan con la fuente. Huyen del agua, pero desean ser mojados.

4 comentarios:

  1. Tan bien escrito, como improbable historia.

    Igual no te gusta que te comenten, pero bueno, me ha impactado, tal vez porque tengo una hija y sólo de pensarlo... llego desde Hilia, que siempre es garantía de encontrarme con textos que no me dejan indiferente.

    Saludo

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  2. En absoluto, me gusta. Te agradezco que lo hayas leído y comentado. Entiendo perfectamente lo que me dices, así como puedo entender que no te guste o no te haga sentir bien por el hecho de tener una hija -o porque simplemente te parece malo, claro-. Por otro lado, la historia no pretende ser probable ni mucho menos. Es una idea o contexto desnudo llevado al extremo. Si miras otros textos vas a ver que van por una línea parecida. Esa línea puede resultar cínica y terrible, pero te aseguro que también hay un gran componente de ironía.

    Gracias y un saludo de vuelta, calma.

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  3. Me ha gustado, claro que sí, muchísimo, no soy de comentar en muchos sitios, sólo si algo me gusta de verdad, digo algo, otra cosa es, el tema que planteas, que me afecte, claro, es normal, ni muerta puedo imaginarme haciendo eso en una situación similar, es que no quiero ni nombrarlo, pero antes de comentar, ya he leído por detrás, varias textos de tu blog, y he captado algo que me encanta y que practico en muchas momentos, la ironía, me prebde siempre.
    Bueno, me gusta que te guste, que te comente.

    Bona nit

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  4. a mí también me a gustado porque de nuevo, y ya van dos, sino más, me sorprenden tus textos. son originales, ya te lo dije, lo cual me convierte en poco original a mí, pero es que te lo tenía que recordar.

    un beso a la calmA, ya de paso, que me alegro de que te haya encontrado y además le haya gustado también tu blog. y para ti, pues... un signo de exclamación doble: !!

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