viernes, 22 de noviembre de 2013

DE ALGUNA FORMA

De alguna forma viajar es como forzar la cerradura de una puerta y entrar al domicilio de un total desconocido para toquetear su cuarto de baño, dormir en su cama o beber alcohol hasta reventar en su sala de estar mientras lo destrozas todo a martillazos, sustituyendo los muebles, jarrones y otros elementos que has hecho añicos por montoncitos de billetes con impresiones de caras supuestamente famosas de las que nunca has oído hablar ni pretendes conocer. De alguna forma viajar es esto, pero con el propietario animándote a entrar a ti y a muchos más en su casa con una sonrisa falsa y en el fondo triste, porque estará obligado a ducharse en tu presencia y a follar con su mujer mientras tú te haces fotografías justo al lado con los dedos formando el símbolo "victoria" y diciéndoles guarradas muy desviadas al oído en un idioma que no entienden y, visto lo visto, preferirían no aprender. Es ver como un tipo en chanclas y con una gorra puesta al revés entra en un museo muy prestigioso y se queda pasmado mirando cierta escultura erótica con una erección muy potente bajo el pantalón, sin que puedas llegar a saber en ningún momento si su erección es una respuesta profunda que el artista ha intentado provocar en el espectador o, simplemente, que el sujeto que la está mirando empalmado es un gilipollas incapaz de dar una respuesta más elaborada. 


11 comentarios:

  1. viajar para abrir la mente, conocer culturas, comer insectos fritos y llegar a casa y soltar eso de "hogar dulce hogar".

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    1. Yo no puedo evitar verlo como una falta de educación, en parte de los casos. A veces pienso que -cita no literal de Foster Wallace- "es estropear, de una forma muy absurda, algo que no estaría estropeado si no hubieras ido". Siempre refiriéndome al turismo organizado -aunque el otro sea pasto a medio camino de la ficción repipi y esa sensación de multiculturalidad falsa que experimentan los niñatos con dinero-. La única forma real de conocer otra cultura es viviendo cinco años en el lugar en cuestión.

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    2. De alguna forma viajar es una mentira más. Una más de la lista de incontables ficciones que necesitas para sobrevivir. Es irónico que los cimientos que soportan el peso de tu existencia estén hechos de algo tan etéreo como el humo. No viajas para conocer, porque no conoces ni la ciudad en la que vives, incluso en tu propio piso pierdes los objetos. Viajas tan solo para garantizarte un recuerdo, para añadir al fichero de "Momentos Relevantes" un archivo más. No estás comprando billetes de avión, ni alojamiento en un hostal, ni tickets de acceso a lugares ni productos típicos de la región. Estás pagando por la infantil sensación de aventura que solo un país extraño puede ofrecerte.

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  2. Es una buena excusa para quedarse todo el día en casa tuiteando la verdad, porque ya puestos para qué salir a la calle si nunca la vamos a comprender como los mendigos que viven en ella.

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  3. Es una buena respuesta, pero ese sarcasmo podría provocarnos una úlcera nuclear. En mi caso, me niego a salir de mi habitación porque nunca voy a comprender a mi novia. Sólo digo que la gente que va un mes a la India y vuelve hablando en un batiburrillo místico, por decir algo, ha estado experimentando algo que de alguna forma le han metido en el coco. ¿Conoces los anuncios de "Mediterráneamente"? Pues a eso me refiero.

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    1. Si comprendes a tu novia es porque no es tu novia. La gente está muy perdida, nadie sabe por qué hace las cosas que hace pero ¿en realidad importa? La cosa es hacer algo que parezca interesante.

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    2. FAV. Bueno, me largo: me voy a tomar una copita de vino en un bar con encanto mientras un estudiante de filología recita sus poemas de mierda.

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    3. Que aproveche oh la noche en escabeche

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    4. Viajar es más que generar recuerdos. Puedes ir a un pais y no salir de su zona turística y pasartela en los clubs bebiendo, drogándote y teniendo sexo con extranjeras, que es divertido, claro. Pero también podrías conocer su gente, su cultura, gastronomía, su arte. Tal vez quitarte algún prejuicio. Soy mexicano y siempre había querido conocer España, particularmente Madrid, pero unas amigas que habían vivido ahí me decían que los españoles eran gente muy racista y que sentian mucho desprecio hacia los latinos, sólo por eso preferí visitar otras partes de Europa. Tiempo después mi escuela me ofreció un intercambio a la Universidad Complutense y lo tomé. El tiempo que pasé en su país fue fantástico, conoci gente realmente maravillosa que hoy, a pesar de que ya no estoy ahí sigo recordando con cariño. Llegué a conocer un poco la idiosincrasia española, su gastronomía, sus increíbles escritores. Por supuesto que me encontré personas de mentalidad limitada, bastante pocas para clasificar a todo un país de racista y vamos, se han inventado tantos términos peyorativos para hablar de mi raza que escuchas panchito y sudaca y sólo sientes decepción. En mi caso viajar me ayudó a quitarme un prejuicio. Mierda, qué comentario tan largo, disculpa y soy fan de tus tweets. Adiós y saludos.

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    5. Oh, te doy toda la razón. Supongo que el mayor error que he cometido de caras al texto es llamar "viajar" a lo que debería haber llamado "turismo". El texto no pretende joder a nadie -si bien es cierto que suelo pensar poco al soltar comentarios-. La explicación de ese odio al turismo que he mostrado es el resultado de haber vivido toda mi vida en una zona turística de sol, playa y borrachera barata, estando rodeado cada verano de ingleses, franceses y alemanes sin ningún tipo de respeto por el lugar al que vienen a pasar sus vacaciones. En México eso también ocurre. Esa gente deja dinero en el país, sí, pero prostituyéndolo. No seré tan imbécil como para decir que tu caso es el mismo. No lo es, naturalmente. Estás en el espectro opuesto. Me parece que demuestras más respeto hacia España que los propios españoles hacia sus compatriotas, JAJA.

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  4. Buen texto, estoy muy de acuerdo aunque por supuesto que hay matices porque no es lo mismo irte de viaje/turismo a la India (destino preferido de niñatos) que a Manchester por ejemplo.
    El objeto "viaje" y la experiencia "turismo" siempre han sido experiencias en venta, productos culturales que te vendían a través de la publicidad para hacerte creer que esos días de vacaciones y novedades podían suplir el vacío existencial del resto de tu vida; eso ha sido así desde los tiempos del Grand Tour del siglo XVIII.
    El problema es estamos en la era de Facebook y Twitter y aparte de viajar también tienes que exhibir tu viaje para poder sentirte realizado.
    En fin, que sigas escribiendo.

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